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Medalla de plata para la judoca fueguina Rocío Ledesma

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Juegos Parapanamericanos Santiago 2023.

La deportista nació en Río Grande con una disminución visual que con el paso del tiempo se fue agravando. Sin embargo, esta situación no fue un escollo en su vida. Rocío entendió que inclinarse hacia el deporte podía ser un buen camino para construir sueños. Luego del bronce alcanzado en Toronto en 2015 ahora se hizo acreedora de una distinción de plata.

La judoca riograndense y única participante fueguina en los Juegos Parapanamericanos de Santiago 2023, Rocío Ledesma, tuvo una gran jornada en el judo de hasta 48 kilos J1/J2.
En formato de Round Robin – todos contra todos – venció 10-0 a la chilena Yañez en su estreno y luego se aseguró la medalla de plata derrotando por 10-1 a la brasilera Dos Santos con actuaciones memorables.
Ya en la lucha decisiva, llevaba bien el combate ante la carioca Silva, la cual ya había sufrido una amarilla, pero en un reinicio de la misma la oponente aprovechó un instante de desconcentración para finiquitar el cruce con un Ouchi Gari.
Más cerca de la dorada, este último logro significa para Rocío su segunda medalla parapanamericana tras el bronce de Toronto 2015 y sigue escribiendo la historia de los atletas con discapacidad de nuestra provincia poniendo la bandera de Tierra del Fuego en lo más alto.
Con este resultado la riograndense, ubicada en el quinto puesto del ranking en la categoría hasta 48 kilos, cumplió con creces su objetivo en Santiago y ahora va por el sueño paralímpico de llegar a Paris 2024. ¡A seguir soñando!

La historia de Rocío

La fueguina tenía apenas 16 años cuando dejó a sus padres y a sus cuatro hermanos en Río Grande para instalarse en Buenos Aires y formar parte del Seleccionado Argentino de Judo para personas con disminución visual. Así, tuvo que aprender a convivir en un mundo desconocido hasta entonces, rodeada de atletas. El Centro Nacional de Alto Rendimiento (CeNARD) le abrió sus puertas y se transformó, entonces, en su segundo hogar.
La judoca argentina nació con una disminución visual, que con el paso del tiempo se fue agravando. Sin embargo, esta situación no fue un escollo en su vida. Rocío entendió que inclinarse hacia el deporte podía ser un buen camino para construir sueños.
“Cuando era chiquita quería estudiar medicina, pero sabía que iba a ser imposible. Las limitaciones existen, pero aprendí que hay que encontrarle la vuelta a la situación. Se trata de eso: de no poner excusas”, explica la deportista de 25 años. Además de entrenarse, de combatir con judocas de todo el mundo, practicar danza y cocinar, Rocío también compone canciones y cursa la carrera de Trabajadora Social.
“Estudiar es muy importante. Tengo la posibilidad de estar viviendo en el CeNARD, donde pude finalizar la secundaria y donde sé que tengo un servicio médico, las comidas y mi propio espacio. Sin el CeNARD muchos deportistas no tendríamos la posibilidad de entrenarnos”, concluyó.


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Diario Prensa