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El dolor de la familia de un comerciante que murió de COVID-19: “Tenía la primera dosis de Sputnik y se cuidaba mucho, este virus no perdona”

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El hombre de 68 años era reconocido en la zona Oeste de La Plata por su trabajo con la comunidad.

Quienes perdieron familiares a causa del coronavirus coinciden por lo general en una dolorosa particularidad que produce la tragedia: la sensación de vacío por no haber podido estar cerca del ser querido. Eso y la idea de no haberse despedido de la manera que merecía son algunos de los pensamientos que hoy aquejan a las personas más cercanas a Carlos Mársico, reconocido comerciante de La Plata que, pese a contar con una dosis de la Sputnik V, murió a causa del COVID-19.

Su hermano Hugo, en diálogo con TN.com.ar, sostiene que difundir lo sucedido puede ayudar a homenajearlo y para que se tome conciencia sobre la gravedad de la pandemia, que persiste en la Argentina.

Hace poco más de una semana, fue él quien compartió la noticia a través de sus redes sociales. Con profundo dolor les quiero informar que mi hermano Carlos partió esta mañana victima de este maldito virus. Que descanses en paz hermano querido, siempre recordaré los buenos momentos”, escribió en su Facebook el hombre de 57 años. “Muchas gracias a quienes acompañaron durante la enfermedad con su energía, con sus oraciones y preguntando a diario, pero no aguantó”, agregó.

Carlos fue uno de los fundadores y presidente de la CALPO (Cámara La Plata Oeste)(Foto: gentileza Hugo Mérsico).

La publicación fue respondida con sentidos mensajes por parte de vecinos, amigos y comerciantes de la zona Oeste de La Plata, que conocían a Carlos, que tenía 68 años, y a Hugo, exconcejal, por su labor en la comunidad. Fue también delegado de Olmos, entre 2001 y 2005, designado en la única elección directa que se realizó en la ciudad para esos cargos. “Siempre tuvo mucha actividad comunitaria, era muy reconocido”, recuerda el hermano.

Su actividad al frente de la empresa familiar, Grúas Mársico, desde 1975 lo llevó a insertarse activamente enla entidades de comerciantes e incluso fue uno de los fundadores y presidente de la Cámara La Plata Oeste (CALPO).

Carlos tenía una labor activa en su barrio. (Foto: Facebook / Hugo Mársico).

Según relata Mársico, el hombre había recibido la primera dosis de la vacuna rusa en abril. Además, se cuidaba mucho. “Desde que arrancó todo esto nos veníamos privando mucho de vernos y reunirnos. Mi hermano tenía miedo, siempre me lo decía. Se cuidaba un montón, en todo. Además tenía también la vacuna de la gripe y la de neumonía”, detalla sobre el hombre.

Sin embargo, hace unos 20 días, luego de que se contagiaran su esposa, hija y nieta, con quienes vivía, comenzó con síntomas de coronavirus. “Él fue el último que los tuvo. Le colocaron una máscara de oxígeno ni bien lo internaron, estaba muy complicado con la respiración cuando entró”, indica. Desde entonces, no pudieron verlo y mantuvieron varios días las conversaciones a través de WhatsApp. “Me decía: ‘menos mal que me di la vacuna’, y a los pocos días lo pasaron a terapia intensiva”, cuenta Mársico.

Me mandó un lindo mensaje de voz, que lo voy a atesorar para toda la vida”, expresa conmovido y asegura que la vida de la familia se transformó “en tres semanas”, marcada por la tragedia.

En ese sentido, el hombre remarca las sensaciones de vacío y desolación que deja la pérdida por el COVID-19. “Hay que vivir el fallecimiento de un hermano o un familiar cercano para saber lo terrible que es todo el proceso. El sentimiento de total aislamiento que vive la persona y la familia es increíble”, dice. “Nunca pensé que íbamos a vivir una situación así y la familia está destrozada. , sostiene.

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