Cuando contó lo que había hecho durante las últimas 10 horas, los policías quedaron perplejos, y dieron aviso a la Justicia: el hombre aseguró que había matado a dos mujeres.
Apareció en la comisaría de Suipacha al 1100, en Retiro, Buenos Aires, el sábado temprano, y dijo que quería entregarse. No era un desconocido: vive en situación de calle y suele deambular por el barrio, dormir en una plaza de Recoleta e ir por drogas a la Villa 31.
La Justicia le ordenó a la Policía que se corroboraran los dichos del ahora detenido, identificado por las fuentes consultadas por Clarín como Jorge, de 45 años.
Así, se estableció que la chica de 22 años acuchillada en su departamento de Montevideo al 1200, en Recoleta, sobrevivió al ataque. La Policía de la Ciudad la halló internada, en grave estado, en el Hospital Fernández, donde fue derivada la misma noche del 19 de febrero, luego de que los vecinos escucharan sus gritos de auxilio y llamaran al 911.
«La encontraran herida en la entrada del baño de su casa, la trasladaron y fue operada inmediatamente de una lesión en el cuello», detallaron fuentes policiales.
El cuerpo de la segunda víctima fue hallado tal cual como describió el acusado que lo había dejado: con la cabeza sumergida en un balde de agua en una casilla, «tipo aguantadero», del Barrio 31, ubicada debajo de la Autopista Illia.
La mujer, de entre 20 y 25 años, y cuyos restos fueron trasladados a la Morgue Judicial no fue identificada y se espera el resultado de la autopsia para confirmar cómo y cuándo fue asesinada.
La causa se inició en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°46, a cargo de Jorge de Santo, pero posteriormente pasó al juez nacional en lo Criminal y Correccional N°53 Julio Augusto Pedroso.
«Vengo a entregarme»
Según el relato del detenido, todo comenzó el viernes, cerca de las 23, a metros de la Iglesia de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón, de Montevideo al 1300, en Recoleta.
«Dijo que estaba en la plaza Vicente López y Planes, cuando apareció una chica llorando, se pusieron a hablar y ella lo invitó a la casa. Cuando entraron, la acuchilló y le robó el celular, una cadenita y el reloj y se fue para la Villa 31», explicaron las fuentes consultadas.
Siempre según los dichos del detenido, ya en la Villa 31 se juntó con otra chica en un ‘aguantadero’ a fumar paco: «No me quiso convidar más, la empecé a ahorcar y la maté: le metí la cabeza en un balde con agua», fueron sus palabras.
La Justicia ordenó analizar las cámaras de seguridad para corroborar si todo sucedió tal cual sus dichos, sobre todo en el ataque de Recoleta.
Buscan determinar si realmente la joven de 22 años se le acercó cuando él estaba en la plaza Vicente López y Planes y lo invitó a su departamento; o si fue él quien la abordó en la vía pública.
Por las circunstancias de los hechos, a los investigadores este caso les recuerda el ataque enfrente del Malba, donde un policía de la Montada fue asesinado de una cuchillada en el corazón por un hombre con problemas psiquiátricos, que murió luego de que los colegas de la víctima lo balearan en plena avenida Presidente Figueroa Alcorta, en Palermo. /Clarín