La fuerte suba del precio internacional de la energía modificó la letra chica del acuerdo con el Fondo. El Plan de Massa. Si hay financiamiento internacional habrá más obras y si se crece más habrá menos déficit. El dólar dejará de depreciarse.
Cuando Martín Guzmán acordó una reducción del déficit fiscal y una disminución de los subsidios a la energía el millón de BTU de gas costaba 17 dólares. Hoy sale 25 dólares. En ese tiempo también se acentuó la sequía con su consiguiente caída de la generación de energía de las plantas hidroeléctricas del país. En estas condiciones la disminución de los subsidios pactada se hace casi imposible. “El Fondo Monetario Internacional entiende que Argentina no va a convalidar los aumentos internacionales, pero tenemos que dejar por escrito qué pasa si esto no cambia y no cumplimos”, señaló a El Destape una alta fuente oficial. “La reacción natural del FMI será pedir una nueva suba de tarifas, por eso hay que dejar asentado un tope de suba”, agregó.
La baja de subsidios es el principal problema a resolver para firmar el acuerdo. No sólo por la suba de costos; también por las diferencias sobre el tema entre el equipo económico y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Por eso en el gobierno avanzan en un esquema que relacione directamente las tarifas al salario. Por ejemplo: “las tarifas no podrán subir más de un 80% del Coeficiente salarial del Indec”, que incluye salarios registrados y no registrados. De esta manera, el gasto real en energía de las familias seguiría bajando año tras año durante el acuerdo. La idea es del presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massay se basa en un proyecto que impulsaron el Frente Renovador, el PJ y el kirchnerismo en 2018 para frenar los tarifazos de Mauricio Macri. En ese momento logró aprobarse, pero el ex presidente la vetó.

En 2018 la ley alineaba directamente la evolución de las tarifas al coeficiente salarial. En este caso la idea es que los servicios suban un 20% menos que los ingresos. Massa piensa que “ahora hay recuperar poder de compra, por eso las tarifas tienen que subir solo un 80% de lo que crezcan los salarios, al menos durante dos años. Estamos 23 puntos abajo del poder de compra de 2015. Con este sistema gana el trabajador, que suma poder de compra, y las empresas tienen previsibilidad”. La idea, que fue tomada rápidamente por Alberto Fernández, mantiene la tarifa social y elimina todos los subsidios del decil más alto. Más allá de lo que incluya el acuerdo se habla de que se legisle por ley o por decreto.
En Economía insisten en que “si no se incluye este ítem en el acuerdo, en caso de incumplimiento, habrá que pedir un waiver y se terminará ajustando el gasto en obras públicas. “Tenemos que cubrirnos sobre qué cosas podemos hacer y qué cosas no podemos hacer si no dan los números en las revisiones trimestrales”.
La reunión del miércoles pasado del directorio del FMI dejó abierta la puerta para un acuerdo en cualquier momento. El organismo está dispuesto a firmar lo acordado. Los últimos escarceos se concentran en dejar sentado cómo se resolverán las diferencias en caso de incumplimiento. Esto es fundamental. El gran temor del Instituto Patria es el desgaste que sobrevendrá ante cada revisión trimestral. “El día que se firme el acuerdo ya está incumplido”, afirman cerca de Cristina. Por eso la importancia de dejar sentado cómo se resuelven las muy probables diferencias ante cada revisión.
