Una mujer se quedó con la custodia de las mascotas que le impedía ver su ex pareja. Fallo inédito de una jueza de Familia en Rosario, que declaró a los animales de compañía como «seres sintientes» y no «cosas» como establece el Código Civil y Comercial.
Un fallo sin precedentes emitió la Justicia en la ciudad de Rosario: una jueza de Familia decidió otorgarle la tenencia de tres gatos a una mujer que se separó de su pareja después de 16 años de convivencia.
La presentación recayó en el Tribunal de Familia N° 4, en el que se tramita una causa por violencia de género. La jueza Ana Galetto se consideró competente y el jueves pasado convocó a las partes a una audiencia. Allí resolvió que la mujer quede al cuidado de los tres gatos, que estaban en la casa del hombre desde la separación de la pareja.
Se trata de una resolución judicial inédita para la Justicia de Rosario, ya que sólo se registran dos casos de similares características en el país: uno en la ciudad de Buenos Aires y el otro en la provincia de Chubut.
“Fundamos los argumentos en esos dos fallos, ya que los animales de compañía son considerados «cosas» para el Código Civil y Comercial. Como si fueran utensilios de cocina”, cuestionó Marisa Wittmann, abogada de la mujer que requirió y consiguió la tenencia de sus tres gatos.
Wittmann trabaja con su socia Natalia Suárez en casos de derecho de familia con perspectiva de género y violencia familiar. “¿Qué pasa cuando cesa la convivencia y aparece un conflicto que involucra a las mascotas? ¿Cómo se resuelve? A pesar de que no existe una norma que así lo avale, el Tribunal de Familia N° 4 le dio curso a nuestro requerimiento”, destacó la letrada.
En la inédita resolución se tuvieron en cuenta antecedentes de normativas internacionales como el caso de España, que considera a las mascotas como «seres sintientes». “Elaboramos el concepto de «familia interespecie». Las familias evolucionan de acuerdo a la época, la sociedad y la cultura. Y hoy muchas parejas han decidido no tener hijos biológicos pero sí animales de compañía de los cuales se encargan de la salud, la alimentación y la recreación”, planteó Wittmann.
Tras la separación de la pareja por un hecho de violencia de género, el hombre le impidió tener contacto a su ex con los tres gatos. “Así como los hijos quedan inmersos en situaciones violentas, también quedan las mascotas”, advirtió la profesional en derecho de familia.
Para Wittmann, “lo novedoso del caso es que el concepto de familia se puede ampliar y aggionar desde la jurisprudencia y los antecedentes, más allá de lo que la ley establece. Quedará para trabajar sobre nuevos planteos que la sociedad nos requiere. Muchísimas personas decidieron incorporar a su núcleo familiar a los animales de compañía”, cerró.