En un extremo de la línea telefónica, el tío de la nena de dos años asfixiada; al otro, la policía que guiaba los movimientos. Sucedió en Córdoba.
El hombre llamó al 911 cuando la nena comenzó a ahogarse con una moneda que se había tragado. Desde la fuerza de seguridad le dieron indicaciones para que realizara las maniobras de Heimlich.
Pese a los esfuerzos, se logró liberar parcialmente las vías respiratorias, ya que la moneda seguía en la garganta.
Minutos después llegó el padre de la pequeña, un policía, quien colaboró con las maniobras de asistencia.
Finalmente, un patrullero trasladó a la pequeña y a su madre al Hospital Florencio Díaz para su debido control médico.
