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11 años ya pasaron desde el crimen impune de Marianela Rago

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La estudiante de periodismo fue hallada muerta en su departamento, en Buenos Aires, el 27 de junio de 2010.

Patricia Zapata, madre de la joven, continúa clamando justicia y espera con ansias la realización del juicio “porque quiero mirar a la cara a Francisco Amador”, el único imputado en la causa y ex pareja de la chica ultimada a cuchillazos.


Este 27 de junio se cumplen 11 años desde el femicidio de Marianela Rago Zapata, la joven fueguina estudiante de periodismo que fue encontrada sin vida en su departamento de Balvanera en ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su madre, dialogó con la periodista Lorena Uribe, del medio periodístico “Tarde Pero Seguro” a través de instagram, a quien le dijo: “Aunque me duelen estas fechas, estoy más serena y espero que el juicio contra Francisco Amador sea presencial. Ya esperé tanto, que no me importa esperar más, quiero verle la cara en el juicio”.

Patricia Zapata hoy reside en Federación, provincia de Entre Ríos. Antes de ello vivió en Ushuaia, y mucho antes en Río Grande, donde hoy descansan los restos de su hija Marianela Rago Zapata.

Ayer 27 de junio se cumplieron 11 años desde aquel femicidio que conmovió a un país, y sobre todo a la comunidad fueguina.

El cuerpo de la joven fue encontrado en su departamento de Balvanera, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires y según la autopsia presentaba 23 puñaladas.

Marianela tenía 19 años, estudiaba la carrera de periodismo y ya había hecho sus primeras herramientas en Radio Nacional Río Grande. Su madre, en homenaje a la profesión que su hija aspiraba llegar, siempre accede a dialogar con los medios fueguinos, aunque su voz se quiebre de dolor. “Después hablo con los medios nacionales, primero los de Tierra del Fuego”.

Patricia Zapata recuerda aquel tiempo, pero asegura que hay partes que están borradas, situación entendible debido al estado de shock por el que estaba atravesando. “Dormía con el expediente, anotaba cosas, me despertaba y llamaba a los abogados para decirles qué hacer”.

En este sentido, Patricia agregó “hubo muchas cosas que se hicieron mal durante la investigación”, y no es la primera vez que lo dice.

Durante los primeros meses tras el asesinato de su hija, Patricia se había volcado al único canal que poseía para que el asesino de su hija, supiera que ella no descansaría hasta encontrar justicia por la muerte de “Marian”, como cariñosamente la llama. Todos los días, Patricia escribía una carta, y el único sospechoso era, y es al día de hoy, Francisco Amador, ex novio de Marianela, y único imputado en la causa que ahora, aguarda la fecha de juicio oral.

Imputado, en libertad y viviendo en Río Grande, Francisco Amador llegará a juicio de manera inminente.

El muchacho sospechado reside en Río Grande y fuentes confiables revelaron que trabaja en una fábrica y que rehizo su vida.  Durante la entrevista a Patricia Zapata, fue muy crítica y se preguntó:  “¿Por qué no hablan los medios de Francisco Amador? Siempre hablan de Marian, pero de él, nada dicen. Averigüen y se van a llevar una sorpresa…”, aunque no dio mayores precisiones.

Consultada sobre el estado de la causa, Patricia explicó: “Estamos a la espera de la fecha de juicio, pero no quiero que se haga por videoconferencia. Quiero que sea presencial. Esperé tanto este momento, que esperar a que la situación epidemiológica lo permita, ya no me afecta. Quiero verle la cara a Francisco Amador en el juicio”.

Un dato que no es menor es que, Amador llegará al juicio acusado de “homicidio simple” – figura enmarcada en una pena de 8 a 25 años de prisión- ya que la figura del «femicidio» recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013. Sin embargo Patricia aclaró que se incorporaron al expediente, pedidos por parte de la Defensoría de la Mujer, para que se tenga en cuenta el agravante del vínculo, en caso de que Francisco Amador reciba un veredicto condenatorio.

«Seguiré hasta el final y el asesino lo sabe, desde ese 27 de junio de 2010 el asesino sabe que una madre removerá cielo y tierra para llegar a la verdad»

Patricia, recordó a su hija en el nuevo aniversario de su fallecimiento, con las siguientes palabras textuales: “A 11 años de aquel día en el que el más despiadado y cruel asesino me robó tu sonrisa, a 11 años de seguir viviendo con el alma quebrada, una parte pide justicia y la otra te recuerda y te mantiene viva.

Mi bella Marianela te sigo encontrando en las cosas más simples ,en un plato de comida que te gustaba, te encuentro en las noches mirando el infinito de un cielo estrellado, y todos los días al ver tu mirada en la foto de mi mesa de luz.

Tu mami te extraña siempre, tu mami está más serena, pero esto no impide la lucha que hace 11 años me la puse en mis hombros.

Como todos los años te lo vuelvo a decir “nada ni nadie me detendrá, seguiré hasta el final y el asesino lo sabe, desde ese 27 de junio de 2010 el asesino sabe que una madre removerá cielo y tierra para llegar a la verdad.

Hija querida todos te extrañamos y jamás serás olvidada, te quiero mi negra hermosa”.

El crimen

Marianela estudiaba periodismo en el ETER cuando el 27 de junio de 2010 no asistió a una juntada con sus amigos para ver el partido que la selección Argentina le ganó 3 a 1 a México por los octavos de final en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Todos se preocuparon porque Marianela no contestaba mensajes ni atendía llamados y así fue como el 28 de junio por la noche, su hermano la halló asesinada en el living del departamento 7° “A” que alquilaba en la calle Tucumán 2080.

Según la autopsia, Marianela murió degollada y quien la asesinó le aplicó 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.

El asesino también se llevó un juego de llaves, dos teléfonos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.

La madrugada del domingo 27, Marianela había organizado en su casa una “previa” a la que otros estudiantes fueguinos fueron a jugar a las cartas antes de ir al boliche «El Bárvaro», de Cabrera y Anchorena, en Palermo, donde la vieron por última vez a las 8.

Su ex novio, Amador, un técnico informático también oriundo de Tierra del Fuego, se transformó de inmediato en sospechoso cuando el círculo de amistades y allegados de la víctima contó una serie de episodios de maltrato del pasado.

Incluso, en el mismo momento en el que Matías Rago hallaba a su hermana asesinada en el departamento de Balvanera, Amador tocaba el portero eléctrico en la puerta del edificio al que también había ido, según dijo el joven, preocupado por su ex.

Amador fue detenido, le allanaron la casa, le secuestraron ropas y se declaró inocente.

En su indagatoria, reconoció que el 24 de junio pasó la noche junto a Marianela en el departamento de la calle Tucumán, ya que a veces se seguían frecuentando, pero que la madrugada del 27 junio de ese año había salido con otra chica a la que pasó a buscar por Palermo y llevó hasta su casa en Caballito, coartada ratificada por testigos y que le permitió ser liberado en pocos días.

La investigación

Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción de la causa, Karina Zucconi, sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron huellas del posible asesino – algunos rastros de ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada -, que fueron cotejados con  el perfil genético de él y de otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.

Pero la fiscal Sánchez apeló una y otra vez y finalmente el 23 de octubre de 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.

Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27 de junio de 2010, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica modificó la data de muerte y estableció el horario del crimen entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del día siguiente, cuando por la noche fue hallada asesinada.

Si bien el acusado siempre tuvo coartada para la madrugada y la mañana del día 27, los camaristas que lo procesaron sostuvieron en su fallo que “se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento, lapso en el cual su celular dejó de tener actividad”.

También remarcaron que en la casa de Amador se hallaron recién lavados una remera y un pantalón de corderoy con una pequeña mancha de sangre en un bolsillo -cuyo análisis no arrojó resultados por lo escaso de la muestra y la mala preservación de la prueba -, y que se le secuestraron dos cuchillos que podrían ser compatibles con el arma homicida.

Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador “reconoció que antes de romper su relación amorosa tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes” y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela “le contó que salía con otra persona”.


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