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Tiene 64 años, se puso a estudiar para superar «un bajón», se recibió de médico y su historia se viralizó: ¿Quién es Emilio Desimoni?

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Es la primera generación de universitarios en su familia. En 2016 empezó a estudiar la carrera que su papáintentó cursar varias veces y no pudo. En diálogo con crónica.com.ar contó por qué decidió estudiar medicina.

En los últimos días un tuit viral conmovió a más de un usuario en Twitter. Todos los días en la red social del pajarito hay publicaciones que llegan a miles de personas, algunas se sienten reflejadas y otras re enorgullecen de logros ajenos, más aún cuando se trata un estudiante universitario que después de varios años de esfuerzo logra recibirse. Eso le pasó a Emilio Desimoni, quien se graduó como médico a los 64 años en la Facultad de Medicina (FMED), de la Universidad de Buenos Aires ( UBA), y compartió su alegría en redes sociales.

Desimoni tiene 64 años y vive con su esposa Patricia en Villa Ballester, partido de General San Martín. Ambos tienen dos hijos: Juan Franciso, el primero de ellos se encuentra haciendo un doctorado en Matemáticas en Brasil y el otro es veterinario y reside en Alemania. Su familia lo apoyó en todo momento, pero él no esperaba que el tuit que compartió el sábado por la mañana pudiera llegar a ser visto por miles de personas.

«Lo que empezó en 2016, como forma de pasar un bajón, terminó siendo un hermoso camino de 6 años, y ayer me recibí de médico, a los 64. Tiembla el sistema de salud», escribió Emilio junto a una foto de él en la puerta de FMED, UBA.

El tuit de Emilio se volvió viral en pocas horas.

La historia familiar de Emilio con la Universidad Pública empezó hace varias décadas y tiene como protagonista a su padre, quien se llamaba igual que él. En diálogo exclusivo con crónica.com.ar contó por qué empezó a estudiar medicina de «grande». 

«Mi viejo había intentado estudiar medicina, pero no pudo. Siempre le quedaron las ganas. Entonces me impulsaba mucho para estudiar medicina, pero lo último que hice fue hacerle caso a mi viejo y entonces empecé otra carrera«, explicó Emilio. Su papá era empleado en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), la cual fue creada por el gobierno de Juan Domingo Perón luego de la nacionalización de las líneas telefónicas en Argentina. Por aquel entonces, él y su familia vivían en Longchamps, «una familia muy humilde», recordó el hombre de 64 años.

Pese a que Emilio -en un primer momento- no había hecho caso a la insistencia de su padre, nunca desestimó la idea. La relación del médico recien graduado con la UBA empezó en 1976 cuando se anotó para estudiar Ingeniería, carrera que dejó al año. En paralelo se encontraba cursando Física en la Facultad de Ciencias Exactas, finalmente se decidió por ella y se graduó. Unos años después se especializó en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y continuó ligado a la educación pública al sumarse como docente titular en la Universidad Nacional de San Isidro Raúl Scalabrini Ortíz (UNSO). Además desempeña sus actividades laborales en el sector privado con su empresa en el rubro de sistemas.

Así que luego de tantos años ligados a la educación pública, finalmente cuando tuvo «la oportunidad y el tiempo» se la jugó con una nueva carrera: medicina.

Emilio junto a Iván, uno de sus compañeros de recibida.(Gentileza: Emilio Desimoni).

Sin embargo, el camino no fue fácil porque ya había «intentado» estudiar medicina varias veces, pero a fines de 2015 -tomando en cuanto la situación social, económica y política del país- fijó la meta de inscribirse y así lo hizo.

«Tengo una pequeña empresa. Hemos pasado por una gran cantidad de crisis y me dio la impresión (a fines de 2015) que se venía otra. Me iba a empezar a deprimir en la oficina sin saber qué hacer. Varias veces había intentado empezar medicina, cuando me fijaba la fecha ya había pasado. Siendo graduado universitario te podés anotar cuando desees. Me inscribí en octubre de 2015, en diciembre rendí materias libres (del Ciclo Común Básico) porque tardaban mucho en darme las equivalencias que eran correlativas y en 2016 ingresé», detalló a este medio.

Emilio junto a su compañera Camila. (Gentileza: Emilio Desimoni).

Al ser graduado, la UBA le dio por aprobada dos materias en común de todas las carreras: Sociedad y Estado y Pensamiento Científico. En diciembre de 2015 dio las cuatro materias restantes del CBC libre y así en 2016 ya estaba en primer año de medicina, su primera cursada fue anatomía, una de las cátedras más temidas. 

«Anatomía era la prueba, quería ver si no me iban a bochar de una y me iban a decir ‘no podés’. La memoria no es lo mío y dije ‘va a estar complicado’, pero me llevé bárbaro, es una materia hermosa y me encató. Si bien tuve miedo para dar el final, me fue bien», aseguró el docente.

En su paso por FMED participó activamente en las actividades universitarias, aunque también le tocó afrontar algunos obstáculos, como su edad. 

«Hubo dificultades, por la edad. En embriología mi ayudante me dice ‘presentate para ser ayudante’. Después de aprobarla intenté hacer la escuelita para ser ayudante y el día de la entrevista nos presentamos (con mis compañeros), el titular llama a todos menos a mí y cuando está por terminar me lleva al pasillo y me dice ‘acá trabajamos con chicos, no con viejos’. Algunas de esas he tenido», reveló el físico.

Emilio junto a Noe y Noel, dos compañeras de cursada que se recibieron con él el viernes. (Gentileza: Emilio Desimoni).

También contó que varías veces le preguntaron «¿cuántos años tenía?» «qué hacés acá?». De todas maneras, no se dio por vencido y logró convertirse en ayudante ad honorem en la cátedra de Fisiología. Sobre su paso por la carrera de medicina afirmó que «todas las cursadas en el hospiral fueron bellísimas». 

Los primeros tres años de carrera los estudiantes de medicina cursan en la Facultad y los últimos tres los hacen en la Unidad Docente Hospitalaria (UDH), allí es donde se dictan las materias que forman parte del ciclo clínico de la formación de los futuros médicos y médicas.

«Entre los objetivos centrales de la conformación de la UDH se encuentran los de descentralizar la enseñanza de las materias clínicas mediante el desarrollo de núcleos docentes; procurar la mayor eficiencia de la enseñanza mediante el incremento de la relación docente alumno y promover una enseñanza educativa con prevalencia de lo formativo por sobre lo informativo, tomando por sujeto en su integridad psico-física y social al hombre sano y enfermo», informa desde su página oficial FMED.

Desde que inició la pandemia de coronavirus, Emilio -al igual que millones de estudiantes en el país- tuvo que adaptarse a la virtualidad. Desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021 «nadie podía ir», pero cuando ya contaba con ambas dosis de la vacuna contra el covid retomó con sus actividades académicas.

Finalmente logró recibirse con la materia Ginecología el viernes 17 de diciembre y festejó junto a sus compañeras y compañeros. «En la UDH sos una familia, fue muy agradable», expresó. Historias como las de Emilio motivan a cientos de personas -sin importar su edad- a que se animen a retomar sus estudios o empezar una carrera. 

Fuente Cronica.

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