El viceministro de Ambiente de la Nación, el biólogo Sergio Federovisky, se refirió por FM Master’s al envío, desde su área, de brigadistas y equipo para cooperar en las acciones tendientes a mitigar los impactos que está generando el tremendo incendio forestal desatado días atrás en el bosque de la reserva Corazón de la Isla, en inmediaciones de Tolhuin.
El funcionario de Nación apuntó a la Justicia por su inacción ante incendios intencionales en todo el país, en un contexto de sequía feroz. “Cualquiera que prenda fuego, porque es un criminal, un canalla o está al borde de la tontería, es pasible de ser sancionado y la Justicia debe hacerlo”, recriminó.
Federovisky confirmó que, en esta primera etapa, “son treinta brigadistas y además este lunes llegarán dos helicópteros y un avión hidrante como parte de las ayudas que el Estado nacional a través del Plan Nacional de Manejo del Fuego del Ministerio de Ambiente, le brinda a la provincia una vez que se requirió”.
Lo que ocurrió, según detalló, el viernes por la tarde a través de conversaciones entre miembros de esa cartera y del Gobierno provincial, e incluso entre el propio gobernador Gustavo Melella y el ministro Juan Cabandié.
El funcionario nacional explicó que la respuesta al pedido fueguino “es nuestra obligación, porque así funciona el sistema nacional de manejo del fuego, a medida que las provincias en caso de tener una situación de estas características, evalúan que necesitan de la colaboración o el aporte de equipamiento, personal o medios aéreos del Estado nacional, se brinda automáticamente”.
El viceministro reconoció la dificultad de emitir pronósticos y la inconveniencia de implementar operativos muy rígidos frente a catástrofes como la actual, en tanto “los incendios son todos de características disímiles, según geografía, condiciones climáticas, según cómo se inició, la vegetación sobre el que opera”.
Lo que sí apreció es que, en términos generales, “cuanto antes se aborde un incendio, lógicamente las posibilidades de controlarlo o restringirlo territorialmente son mayores”, y recalcó que son las provincias las que tienen que hacer la primera evaluación del primer ataque, tratándose de recursos naturales de las provincias. Requerida su apreciación acerca de las condiciones que enmarcan el incendio de Tolhuin, Federovisky habló de “una situación muy desfavorable en materia climática. Argentina padece una sequía prolongadísima que entra en su cuarto año consecutivo. La Patagonia andina y Tierra del Fuego son una muestra muy cabal”.
Por ende, consideró que las reales posibilidades de control del fuego “en una vegetación ante un estrés hídrico tan descomunal, obviamente se reducen”, y de ahí la necesidad de poder llegar rápidamente. “Hasta que sea necesario”, respondió en cuanto al tiempo que se requerirá la presencia en la isla de los brigadistas y equipos nacionales. Incluso confirmó que se irá evaluando “la necesidad de incorporación de mayor cantidad de equipamiento o brigadistas”.
Su último párrafo lo dedicó a criticar el accionar de la Justicia, el poder que debe determinar las culpabilidades ante siniestros de semejante envergadura, y disponer los castigos correspondientes: “En este momento en Argentina hay emergencia ígnea declarada por el presidente hace más de un año y todavía está vigente. Iniciar un fuego intencionado o accidental en estas condiciones, es un acto criminal. La respuesta la tiene que dar la Justicia, que tiene que garantizar que esa prohibición sea claramente cumplida”.
“Cualquiera que prenda fuego, porque es un criminal, un canalla o está al borde de la tontería, es pasible de ser sancionado y la Justicia debe hacerlo”. Y no ocultó su fastidio “por la inacción de la Justicia” trayendo a colación lo que hace dos años ocurre en el Norte del país, donde “se prende fuego de manera brutal, absolutamente sin ninguna consecuencia, en el delta del río Paraná, en Corrientes, y no hemos tenido resultado de la Justicia de ningún tipo” cuestionó finalmente Sergio Federovisky.
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