Aunque la percepción generalizada de la población es que la situación de la pandemia en Tierra del Fuego no es grave, los números estadísticos demuestran lo contrario:
Es de destacarse que en Ushuaia y en un lapso de apenas 10 horas, murieron tres pacientes con coronavirus en el HRU. A la fecha son 16 las personas que no pudieron sobreponerse al contagio desde que comenzó el año, ascendiendo a un total estimado en los 516 desde marzo de 2020. Pese al alto índice de vacunación, los adultos mayores siguen siendo los más vulnerables.
Aunque la vida transcurre en las tres localidades fueguinas con la pausa característica de enero en lo que a residentes se refiere y por otra parte se pueblan las calles con una inusual cantidad de turistas, la pandemia sigue silenciosamente llevándose vecinos añosos y con comorbilidades, particularmente.
Si bien la sensación que se percibe es de tranquilidad y de confianza sobre todo en aquellos que cuentan con las dos dosis y un refuerzo, la estadística demuestra que desde iniciado el año, un ciudadano fueguino falleció cada dos días en la provincia. Las 16 muertes confirmadas entre el día 3 y el 27 de enero dan cuenta de ello y hablan a gritos de la gravedad de la situación sanitaria, del altísimo riesgo que implica para quienes se contagian con algunas de las variantes que conviven en Tierra del Fuego, sobre todo si pertenecen a los grupos más vulnerables y la ineludible necesidad de observar todas las medidas de prevención posibles.
Pese a que los fríos números estadísticos refieren que desde el 17 de marzo de 2020, fecha de inicio de la pandemia, hasta el 27 de enero del 2022, murieron en Tierra del Fuego 516 personas, el número no es absoluto dado que las particularidades de la enfermedad infecciosa impiden llevar una cuenta exacta por la multiplicidad de factores que influyen en ello.
Baste mencionarse por ejemplo, para entender la relatividad de las cifras, que cuando un paciente fallece en un establecimiento de salud, al que ingresó con un cuadro de COVID, solo si no se negativizó, es decir si el hisopado post mortem arroja resultado positivo, se contabiliza como fallecido por coronavirus. Si en cambio, por el tiempo transcurrido en internación, el paciente logró negativizarse, arrojando el PCR resultado negativo, no se lo cuenta como muerto por COVID pese a que ese virus le haya afectado el corazón, los pulmones, los riñones u otros órganos al punto tal de causarle la muerte.
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