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Condenaron a 25 años de cárcel a un policía que mató a dos motochorros a quemarropa

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La prueba clave del juicio fue la secuencia final con el tiroteo entre uno de los delincuentes y los efectivos que los persiguieron.

«Un accionar claramente por fuera de la ley». Fue la consideración de la Justicia al condenar a 25 años de cárcel a Luciano Mariano Nocelli, policía del Comando Radioeléctrico de Rosario, que en 109 mató a dos delincuentes.

El fallo estuvo a cargo de los jueces Carlos Leiva, Mariano Aliau y Román Lanzón, tras el pedido de prisión perpetua de los fiscales Adrián Spelta y Gastón Avila.

A Nocelli lo condenaron por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, con la pena máxima que prevé esa figura legal.

Daiana Gramajo (25 años) y Maximiliano Rosasco (35) fueron asesinados el 21 de mayo de 2019.

Para los magistrados quedó demostrado en cámaras públicas que Rosasco se tiroteó con policías cuando escapaba tras intentar robarle con un arma a una mujer.

La prueba clave en el juicio fue una filmación en la que pudo verse el fatal desenlace de la secuencia que se inició a las 22.10 mientras Jimena esperaba al mando de una moto sobre la senda peatona.

Un segundo después apareció un patrullero en contramano, diez segundos más la moto y su conductora cayeron al pavimento, y luego de un segundo apareció Rosasco corriendo mientras era perseguido.

En ese momento se advirtieron fogonazos de un tiroteo a corta distancia y al efectivo Hugo Daniel Leone (25 años) que cayó en medio de la calle sin dejar de disparar contra Rosasco.

El delincuente rodeó la moto, salió de la imagen y momentos después volvió a aparecer para caer al piso malherido.

Allí entró en escena a Nocelli, quien le disparó al menos dos tiros a corta distancia.

En el final de la secuencia se vio a Leone incorporarse y, con ayuda de su compañero, esposar a la pareja cuando llegaban otros patrulleros y ambulancias.

Los apresados fueron trasladados al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde murió Jimena tres horas más tarde. Había recibido un balazo en el pecho.

Luego de cuatro horas falleció Rosasco, quien presentaba varias heridas de bala.

Los peritos recogieron en la escena del tiroteo 17 vainas servidas de las armas policiales. Rosasco portaba un revólver calibre 38.

S bien los jueces consideraron que la respuesta armada incial de los policías «estuvo plenamente justificada, sea por legítima defensa o cumplimiento del deber», objetaron que en el segundo 34 de la secuencia Gramajo recibió un disparo por la espalda justo en un momento en que Nocelli pasaba por detrás de ella.

La mujer cayó abruptamente hacia la derecha y entonces recibió otro disparo letal, también por la espalda y a corta distancia, remarcaron.

Además, hicieron hincapie en que se encontraron restos de pólvora en el orificio que dejó uno de los balazos en la campera de la víctima, que confirmó que fue baleada a una distancia máxima de 70 centímetros.

De acuerdo con los magistrados, cuando Rosasco llevaba unos tres segundos “caído, malherido, de espaldas, a más de un metro del arma que portaba, se acerca Nocelli caminando y le efectúa al menos dos disparos sobre su espalda”.

A raíz de ello, entendieron que el delincuente recibió esos disparos de remate cuando “se encontraba prácticamente inmóvil y sin posibilidades de usar el arma”.

“En este análisis debe evitar caerse en situaciones pendulares, a todo o nada, en donde marcar límites a las actuaciones de las fuerzas de seguridad es considerado por algunos como atarla de manos mientras que permitirle el uso de la fuerza es considerado por otros como otorgarle indemnidad para realizar los más atroces excesos”, señalaron en el dallo.

Y añadieron: “Si el sistema jurídico aceptara conductas como las de Nocelli todos los ciudadanos estarían expuestos a que cualquier error de apreciación o de interpretación de los hechos provoque consecuencias irreversibles con un costo injustificado de vidas humanas”.

“En el momento final en que Nocelli efectúa los disparos ya no había peligro para terceros ni tampoco para los agentes que autorizara las detonaciones a quemarropa”, expresaron los jueces.

Además, el tribunal remarcó que los dos policías tuvieron en el mismo hecho intervenciones opuestas.

“Siento que la condena es injusta, así como yo me defendí él también se defendió”, dijo al salir absuelto el policía Leone.

Los defensores reclamaeon la absolución y adelantaron que apelarán el fallo.