El presidente del Concejo Deliberante de Río Gallegos y está acusado de haber agredido sexualmente, durante aproximadamente un año, a la hija de una amiga. La causa está en manos de López Lestón. Su detención es inminente.
La nena llora, se retuerce en la cama y se rasguña tan fuerte las piernas que se lastima la piel. Su mamá piensa que llora porque le quitó el celular, pero no es eso. Luego cree que tal vez es un berrinche porque siente celos de su hermanita chiquita, pero tampoco. La nena sigue pellizcándose.
– ¿Pero qué te pasa?-, le grita.
– Emilio me toca.
La conversación se da el sábado 20 de junio, a la una de la madrugada. Horas más tarde, Emilio es denunciado por abuso sexual contra una nena de nueve años.
Emilio Maldonado es concejal, no sólo eso, sino que, por acuerdo de sus pares, preside el Deliberante.
Pasaron siete días desde que Emilio está acusado. El sábado a las 18:20 horas, Roxana Perea (25) se presentó en la Comisaría de la Mujer para denunciar que su íntimo amigo, alguien a quien ella reconocía «como de la familia», había atacado en reiteradas ocasiones a su hija mayor, SA.
Los abusos se dieron durante alrededor de un año, al menos eso es lo que cree por lo que le reveló la nena, quien además le contó que los ataques se daban en cualquier oportunidad en la que Maldonado la mandaba a buscar algo a la habitación, cuando su mamá lo visitaba para compartir unos mates.
Aparentemente, mediante engaños, el concejal hacía que la nena trajera algo de la mesa de luz para seguirla y meter sus manos por debajo de su ropa interior.
El sábado a las 18:20 horas, Roxana Perea (25) se presentó en la Comisaría de la Mujer
La denuncia también dice que cada vez que ella quería escapar, él la retenía tomándola por los brazos, y que le había enseñado a hacer como si estuviesen jugando, si acaso alguien se acercaba a la habitación.
Por lo que se lee en la acusación, el concejal Maldonado era consciente de lo que hacía, ya que no cerraba la puerta para no generar sospechas.
Roxana nunca sospechó, pero sí había notado que su hija estaba diferente, sobre todo desde que había nacido su hermanita, que ya tiene siete meses.
No la dejaba escapar y le había enseñado a hacer como si estuviesen jugando
Era sobreprotectora, no quería que nadie se le acercara. Incluso, cuando la beba nació, la mujer dejó de frecuentar al edil y después de un tiempo, este comenzó a aparecerse por su casa.
– No quiero que le haga lo mismo a mi hermanita-, le dijo a su mamá la noche que rompió el cerco de silencio que cuidadosamente había construido Maldonado.
Por razones que no fueron explicadas, a Roxana no le tomaron la denuncia en la Comisaría de la Mujer. En cambio, la subieron en un patrullero junto a su hija y la llevaron hasta la Sexta, donde la nena tuvo que dar su relato ante un oficial ayudante.

La irregularidad es doble, porque ya en la Comisaría de la Mujer, ella había tenido que hacer el relato.
Entre el domingo y ayer, nadie se comunicó con ella. Eso la angustió, la hizo sentir que estaba sola frente a alguien que tiene reconocimiento público, acompañamiento de la militancia, voz y voto. Por eso, en la tarde de este viernes decidió contarlo todo en sus redes sociales.
Abuso por dos
En el posteo que hizo Roxana, contó que hace cinco años conocía a Maldonado, su amigo «incondicional».
«Quiero que se haga justicia», pide en un extenso relato en el que añade fotos que prueban la cercanía con el concejal.
En varias imágenes se la ve junto a la nena y Maldonado, en lo que parece una reunión familiar. En otras, a ella como una militante más en los actos del espacio político que lo llevó a su banca para representar a vecinos y vecinas.
Pero también, en este caso, queda claro que existe otra dimensión para el abuso, la de la confianza traicionada.
Roxana vive sola con sus hijas, es una mujer humilde que está desocupada y que más de una vez tuvo problemas para darles de comer a sus hijas.
Maldonado no lo desconocía y fue capaz de crear un vínculo de confianza con ella, e incluso era quien la ayudaba económicamente en los peores momentos.
Ella lo respetaba como amigo y lo admiraba como figura pública. Por eso en la denuncia a la que tuvo acceso La Opinión Austral ella cuenta que «… me siento intimidada por los motivos de reaccionar de esta persona ya que actualmente posee un cargo político, es concejal, desconociendo de los motivos de su accionar».
Repudio
Luego de que se conoció la denuncia, cientos de personas compartieron la acusación en sus redes sociales para manifestar su indignación.
Hasta el cierre de esta edición no había declaraciones del ámbito público, ni del Concejo Deliberante.
La agrupación feminista Araucarias, integrada por comunicadoras y mujeres de la educación, solicitó públicamente la expulsión del edil «no porque no se admita el derecho que tenemos todos y todas a que nuestros actos sean juzgados y se demuestren, sino por atender que hay una niña de nueve años quebrada de dolor, vergüenza y culpa que rompió el silencio».
El Ateneo Feminista de esta capital también expresó su repudio, manifestando su «acompañamiento a la familia denunciante» y reclamando «el apartamiento preventivo e inmediato de las funciones que cumple en el Concejo Deliberante».
Finalmente, quienes también se expresaron fueron los y las integrantes de Conmujer, el Consejo que asesora al municipio en políticas de género, reclamando «la inmediata separación del cargo del concejal Emilio Maldonado. Ante la gravedad de la denuncia en su contra, entendemos que esta persona debe ser expulsada del Honorable Concejo Deliberante de Río Gallegos», esperando «que las áreas involucradas actúen a la altura de las circunstancias» y advirtiendo que «desde este Consejo no miraremos al costado…».
Así las cosas, se espera que la Justicia actúe rápidamente y cite a la nena a una Cámara Gesell.
Mientras tanto, hay expectativas con que el resto de los concejales pueda pedir la separación del cargo de Maldonado que, según pudo saber este diario, apelaría una defensa que hable de una mujer despechada porque pidió trabajó y no se lo dieron.(La Opinion Austral)
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