Romina tiene una hija, esa nena, entre los seis y los once años fue abusada sexualmente en reiteradas ocasiones por el portero de 68 años de edad del edificio del IPV donde vive, quien también cuida a su abuelo. Una vez más la organización “Madres en lucha, yo si te creo”, pasa por Ártika en un eterno pedido de justicia.
La pesadilla de Romina comenzó en 2020, cuando su pequeña, que en ese momento tenía once años, intentó suicidarse y, tras ir a terapia y poder derrotar sus miedos confesó que este adulto abusaba de ella hacía unos cinco años y la tenía amenazada de muerte en caso de que la niña dijera algo.
La familia, devastada, hizo la denuncia, el hombre ingresaba a la casa de la pequeña, que reside con su mamá y su abuelo, como si fuera propia ya que prestaba servicios como cuidador del anciano, y, en los momentos que quedaba solo con la nena, aprovechaba para abusar de ella.
La justicia procesó a este hombre en octubre de 2020, y hasta ese momento, Romina y su nena vivieron un infierno: El sujeto, que vive en un departamento de un piso inferior al de ella, la esperaba cuando llegaba y la amenazaba, insultaba y le mostraba su miembro, pero la Justicia no le creyó, porque “no tenía cámara de seguridad”.
En este escenario, la niña intentó suicidarse por segunda vez y el hombre fue trasladado por la justicia a Tolhuin, de donde los vecinos lo echaron tras varios escraches y manifestaciones, por lo que el juez tomó la determinación de devolverlo al edificio que compartía con su víctima en Río Grande, hasta que los demás residentes también hicieron presión y lo pudieron sacar.
La semana pasada, Romina se encontró con el Juez de la causa en Tribunales: El abusador “no está en condiciones de ser condenado – le dijo a la madre – por tener 70 años de edad”.
fuente: fmartika
