El cuerpo del pequeño de 4 meses estaba envuelto en una manta y sepultado a 30 centímetros de profundidad. La madre acusó a su pareja.
María dijo: «Le hablé con el corazón y le dije que era el momento, que no tenga miedo y que diga la verdad. Ahí se quebró, se largó a llorar y un policía nos llevó a una oficina. Ella se arrodilló y pidió perdón, que ella no pudo hacer nada para salvar a su hijo. Contó que el bebé estaba inquieto, le empezó a dar la teta y Oscar agarró la cabeza del bebé con las dos manos, le estiró para arriba y le tiró al piso. Desesperada, ella lo alzó y le mojó la cabecita en el arroyo, pero el bebé no respiraba. Sólo le sangraba la nariz», contó en diálogo con El Territorio.
Según narró la mujer, el padre del bebé «hizo un pocito con el machete y lo enterró ahí» a unos 30 centímetros de profundidad y envuelto en una manta.
La familia de Karina contó que la joven es víctima de violencia, que tenía el cuerpo marcado y aseguraron que una vez «perdió un bebé por las palizas» que le daba su pareja.