La víctima tenía 19 años. El hombre había discutido con su exesposa cuando fue a buscarla a su casa, donde vive con los hijos de ambos.
Nigel Malt fue condenado por atropellar y matar a Lauren, su hija de 19 años, tras discutir con la madre de la chica, en Norfolk (Reino Unido).
La joven vivía con sus hermanos y su mamá, quien se había separado del hombre de 44 años hacía ya tiempo.
De hecho, la expareja de Malt ya lo había denunciado por violencia y él fue detenido pero salió en libertad bajo fianza.
Durante el jucio, el fiscal dio cuenta de que Nigel realizó alrededor de 20 llamadas telefónicas a la casa de su exesposa y que la última fue contestada por su hija Lauren.
Tras esa conversación, enfurecido, Malt fue hasta la casa de sus hijos y comenzó a discutir con la madre. También con la actual pareja de la mujer, a quien amenazó con un objeto contundente.
Luego de eso -«consumido por la ira», según los testigos-, el hombre atropelló a su hija una vez y después pasó el auto de nuevo sobre su cuerpo.
«Después de haberla tirado al suelo, él lanzó su vehículo sobre ella. Se detuvo y luego condujo el automóvil hacia adelante nuevamente», detalló el fiscal Andrew Jackson.
Tras cometer el crimen, Malt llevó a Lauren al hospital, donde fue declarada muerta.
Durante la investigación se constató que la joven murió a causa de los traumas físicos que le generó ser «aplastada» por el auto de su padre.
El juez del Tribunal de Norwich lo encontró culpable del asesinato de Lauren y ahora espera conocer la pena.