La mujer y su novio quedaron detenidos por el crimen. Su objetivo era escapar de la localidad, huír a la selva y empezar una etapa de cero. Pasó en Perú.
Los medios peruanos informaron un terrible hecho que tiene al país en vela. La Policía acaba de detener a Ela Salvatierra (21), madre de un bebé de 3 años, y a su novio, Pacco Montes Urbano (55), tras ser acusados de matar a la criatura el 6 de septiembre. Aparentemente la pareja quería escapar de la localidad de Huancavelica hacia Lima para «empezar una nueva vida», y según confesaron, el niño era «un obstáculo».
Pero los planes no terminaban ahí. Los investigadores creen que la muchacha y su amante querían fugarse de su localidad residente, llegar a Lima y de ahí partir hacia la selva. Claro está que el niño no encajaba en sus planes. El hombre habría convencido a la mujer de matar a su propio hijo ya que en la selva no podrían criarlo, y Salvatierra hizo caso.
Pacco Montes Urbano contó lo que había pasado tras quedar detenido. El hombre de 55 años confesó haber participado del crimen luego de un largo rato. Por su parte, a Ela Salvatierra no le quedó más opción que unirse a la confesión. La pareja admitió que habían ultimado al chico porque «era un obstáculo» para sus proyectos. Según ellos intentaron venderlo pero no tuvieron éxito.
Allí fue cuando decidieron deshacerse de el de otra forma. Tras cometer el crimen iban a viajar a la zona selvática y «recomenzar sus vidas». Pero cuando lugareños encontraron trozos del nene en un terreno aislado sus planes salieron al reves. Las autoridades, que no tardaron en arribar a la zona del crimen, lograron identificar al pequeño y solo se sentaron a esperar la llegada de la pareja para iniciar la captura. Según trascendió, el niño fue primero asfixiado con una sábana y luego descuartizado con un cuchillo.
«Yo no podía tenerlo. Primero lo asfixiamos con una frazada», fueron las frías palabras de Salvatierra donde confesó el crimen.
Montes Urbano había vuelto al lugar del homicidio para limpiar toda huella posible pero ya era tarde. Allí lo esperaban los uniformados y cayó detenido. El hombre mayor tiene antecedentes de delitos sexuales y acababa de salir de la cárcel. La mujer, por su parte, fue hallada escondida en el hostal «Angie», de Santa Anita (Lima). Se estima que podrían ser condenados a 35 años de prisión, o cadena perpetua.