«¿Le negarías a alguien el derecho a comer?», rezan los carteles con los cuales organizaciones sociales cercanas al oficialismo empapelaron el centro porteño. La campaña, que reclama por el Salario Básico Universal, anticipa el eje que guiará la agenda legislativa en el Congreso una vez que finalice el receso invernal: la crisis económica. Mientras Silvina Batakis termina de acomodarse en su nuevo cargo, sindicatos y movimientos sociales se preparan ya para movilizar levantando la bandera del ingreso universal – ese reclamo que reinstaló Cristina Fernández de Kirchner en el debate público y que, ahora, comienza también a impulsar en el Senado -, así como la de la renta inesperada. El incipiente plan de lucha apunta a presionar sobre las resistencias del Ejecutivo y allanar el camino para su debate parlamentario. El reclamo por la distribución, sin embargo, no será el único protagonista, sino que el oficialismo se prepara también para continuar impulsando una agenda productiva que, hasta ahora, logró avanzar con bastante consenso en Diputados.
De todas las iniciativas presentadas por el Frente de Todos, el Salario Básico Universal es la estrella. No solo es la bandera que encabeza el pliego de demandas de las organizaciones sociales cercanas (aunque cada vez menos) al oficialismo – como el MTE que lidera Juan Grabois o la Corriente Clasista y Combativa – y la CTA, sino que la propia vicepresidenta ha decidido tomar la posta del reclamo. En la última semana, CFK convocó a senadores de su entorno para comenzar a trabajar el tema y se espera que la Cámara alta presente también su propio proyecto. Hasta ahora, la única iniciativa existente lleva la firma del diputado de Patria Grande Itai Hagman, la cual propone un piso de ingresos equivalente a la canasta básica alimentaria (hoy 14.400 pesos) para un universo de 7,5 millones de personas, compuesto principalmente por trabajadores informales o personas en situaciones de vulnerabilidad. Por estos días, tanto Hagman como otros figuras de Patria Grande han estado asesorando a Juliana Di Tullio y otres senadores que están trabajando en la letra de un nuevo proyecto. La expectativa es que, de comenzar a tratarse primero en el Senado, tendría un mayor impacto político y serviría también para ordenar el frente interno.
Más allá del SBU, algunos gremios han estado reclamando también por reinstalar el debate por la renta inesperada. Presentado originalmente por Martín Guzmán hace más de un mes, el proyecto establecía una sobrealícuota del impuesto a las Ganancias para aquellas empresas que se habían visto beneficiadas por el alza de precios internacionales debido a la guerra en Ucrania. La iniciativa nunca comenzó a ser tratada en la Cámara de Diputados y, ahora, en el bloque oficialista están a la espera de una señal de Batakis para ver si activar el debate. A diferencia del SBU – que genera resistencias tanto de parte de la nueva ministra como del presidente -, Batakis se manfiestó a favor de la iniciativa al poco tiempo de ser designada. «Es un instrumento que logra generar una redistribución de recursos que nos hace bien a todos», había declarado en C5N. Desde su entorno aseguraron que el tema no estaba aún en agenda, pero que en el futuro podía cambiar. «Están todos recalculando, son días frenéticos en Economía. Hay que esperar un poco», indicó a este diario un importante diputado oficialista.
Si bien un sector del FdT aguarda a que Batakis de nuevas señales, la conferencia de prensa que dio el lunes sí dio un anticipo sobre una idea que pretende llevar al Congreso: la modificación de la Ley de Administración Financiera. En línea con sus anuncios de «solvencia fiscal», los cambios apuntan a establecer un sistema de «cuenta única» como sucede en muchas provincias y el congelamiento del personal en los organismos del Estado.
Presupuesto y agenda productiva
Paralelamente, el bloque oficialista en Diputados tiene planeado continuar tratando varios de los proyectos de desarrollo productivo que había impulsado en su momento Matías Kulfas. La ley de Compre Argentino – que mejora los margenes de preferencia para las empresas nacionales en las licitaciones públicas – será uno de los temas que encabezará la primera sesión que haya una vez finalizado el receso de invierno. También se avanzará en proyectos como la ley de fomento al desarrollo de la agroindustria y la de electromovilidad. En las últimas sesiones, el FdT logró aprobar con casi unanimidad la mayoría de los proyectos económicos, lo que le dio un enorme respaldo político luego de la derrota sufrida en manos de la oposición con la aprobación de boleta única de papel. El objetivo de la bancada que preside Germán Martínez será seguir en esa línea, impulsando proyectos de consenso que permitan mostrar un bloque unificado frente a las diferencias internas que atraviesan la «superestructura» de la coalición gobernante. «Proyectos que nos unifiquen a nosotros y los dividan a ellos», sintetizó una fuente parlamentaria.
El FdT también tiene el ojo puesto en avanzar con el plan de pagos de la deuda previsional que se aprobó en el Senado. El proyecto, impulsado por senadores kirchneristas, contempla una suerte de moratoria previsional para aquellas personas que estén por cumplir la edad jubilatoria pero no tengan los 30 años de aportes. Para ello propone un plan de pagos de hasta 120 cuotas para quienes deseen regularizar sus faltantes hasta el 2008. Si bien el oficialismo confía en que podrá sumar adhesiones en la oposición para sancionar el proyecto, hay un problema: la moratoria previsional actual vence el 23 de julio y las posibilidades de sancionar la nueva ley antes son prácticamente nulas. La expectativa es que el Ejecutivo la prorrogue a través de un decreto y después se sancione el proyecto en el Congreso.
Por último, el oficialismo tendrá un último gran desafío: aprobar el Presupuesto 2023. Esto será un desafío por partida doble, ya que deberá primero consensuar entre las diferentes patas de la coalición y, después, evitar un nuevo bloque opositor que repita el desenlace del año pasado. Para el FdT no es una opción volver a estar otro año sin Presupuesto.
Fuente: página 12