Por el beneficio de la duda y después de ocho años de tramitaciones.
El Tribunal de Juicio en lo Criminal no accedió al requerimiento del fiscal mayor Eduardo Urquiza, quien había pedido la aplicación de una pena de 3 años de prisión para el militar retirado Reinaldo Cardozo, de 57 años. La denunciante se mostró indignada, criticó el trato del juez Bembihy Videla y anunció que apelará el fallo . Dijo que por ser un tribunal integrado por tres hombres “no hubo perspectiva de género”.
El Tribunal de Juicio presidido por el juez Alejandro Pagano Zavalía, con las vocalías de los magistrados Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla, absolvió ayer, jueves 26 de agosto, al suboficial de la Base Naval Ushuaia, actualmente retirado, Reinaldo Cardozo.
El hombre de 57 años de edad, estaba en un comienzo imputado de los delitos de “abuso sexual simple en concurso ideal con abuso sexual con acceso carnal agravado y amenazas coactivas” pero cambió a “abuso sexual simple en concurso ideal con amenazas coactivas”, figuras que los jueces consideraron que tampoco fueron probadas. Y en relación a la supuesta violación, una pericia realizada por peritos de la Corte Suprema de Justicia ya había sembrado dudas sobre su existencia, al punto que el fiscal Urquiza, en el momento de su alegato, descartó la acusación.
“El debate estuvo centrado desde un principio en si se le creía o no a la víctima. Y una parte de la pericia no afianzaba correctamente la parte de la denuncia referida a la violación. Por eso optamos por replegar la acusación y focalizarla en el abuso simple que estaba más consolidado”, explicó Urquiza.
Finalmente, la Justicia absolvió “por el beneficio de la duda” al suboficial principal de la Armada Argentina acusado de abusar sexualmente de una marinera mientras ambos compartían el mismo ámbito laboral, en el año 2013.
Los magistrados de esta manera descartaron el pedido del fiscal mayor Eduardo Urquiza, quien había considerado al militar como “autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual simple”, y había requerido para él una pena de 3 años de prisión que hubiera cumplido en libertad condicional.
La ex marinera es una mujer de 32 años que tenía 25 cuando radicó la denuncia y que sostuvo que a consecuencia de los hechos perdió su carrera militar, aunque continuó trabajando en la Base Naval pero como personal civil. También adujo que debió someterse a un tratamiento psicológico y psiquiátrico “durante años”.
Aunque el presunto forzamiento sexual de un superior a una subordinada, habría ocurrido en el año 2013, recién fue denunciado por la mujer ante los estrados judiciales dos años después. Y constituyó un larguísimo trámite, con un sinfín de elementos colectados, pericias, marchas y contramarchas hasta que el 18 de agosto comenzó el juicio.
La mujer aseguró a la prensa que “debí batallar durante ocho años hasta lograr que la Justicia procesara a Cardozo”. Y con respecto a las tareas que realizaba en la Base Naval, refirió que “después de ingresar a la Armada en 2011 y hacer un curso en Puerto Belgrano, cerca de Bahía Blanca, volví a Ushuaia. Mi primera función fue de camarera dentro de la casa de suboficiales. Les servía la comida. Eran todos hombres”.
Ella continuó narrando que Cardozo era su jefe directo en 2013 cuando le dieron el pase a Tierra del Fuego, que casi la doblaba en edad, que estaba casado y que tenía tres hijos.
«Desde que llegó, empezó con insinuaciones, con preguntas sobre mi vida personal. Yo trataba de eludirlo pero después comenzó a hacerme propuestas y a acosarme directamente. A mitad de ese año me hizo entrar a un depósito para sacar unas copas. Abrí con la llave, él me siguió, cerró la puerta y ahí tuvo lugar la violación que está denunciada en la causa”.
La denuncia fue y vino por distintas oficinas. Primero intervino la Justicia Federal, que se declaró incompetente. Después el juez provincial Javier De Gamas Soler no halló pruebas contra el acusado y dejó el expediente «en reserva», en espera de nuevas evidencias.
La denunciante logró que la Cámara de Apelaciones apartara al juez De Gamas Soler y designara a una nueva jueza, María Cristina Barrionuevo, quien le dio nuevos bríos a la investigación.
Después de casi una década de tramitaciones, ayer la Justicia absolvió al imputado, ante la indignación de quien lo llevó al banquillo de los acusados: “Vamos a apelar la medida ante el Superior Tribunal de Justicia de la provincia. Esta sentencia es como un baldazo de agua fría. Lamentablemente en este juicio los jueces no dejaron alegar a mi abogada, el juez Bembihy Videla me trató durante todo el proceso como si yo fuera la acusada, y se notó que al ser un tribunal conformado por tres hombres, no había manera de que actuaran con perspectiva de género. Tampoco tuvieron en cuenta que el acusado era miembro de una fuerza militar y que estaba en ejercicio de sus funciones cuando ocurrieron los hechos”, manifestó la ex marinera. Durante el juicio, el militar acusado se negó a dar su versión y se remitió a la declaración brindada durante la etapa de instrucción, en la que se proclamó inocente.
De esta manera culminó el proceso judicial que prometía generar un antecedente de peso por tratarse de hechos presuntamente sucedidos en el ámbito castrense, de predominancia masculina y con dos protagonistas pertenecientes a la misma fuerza.
Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el jueves 2 de septiembre, a partir de las 19.
Fotos: Cristian Urrutia.
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