“La salmonicultura no está mal, se hace en muchos países pero bajo condiciones estrictas. Lo más grave de la actividad es la dificultad para controlarla, porque los excrementos de los salmones emiten fósforo, un elemento altamente contaminante para el medio”, explicó esta mañana en Ártika el experto en Pesca y Acuicultura, Denis Biancioto.
En Ushuaia se realizó la piscicultura con la función de resembrar cuatro especies de truchas salmonadas destinadas a los ríos provinciales para la pesca deportiva, pero no para la actividad industrial.
“La ley, está destinada al cultivo de salmones a gran escala en jaulas, lo cual puede generar un desastre ecológico debido a la cantidad de contaminación que evita el excremento de los peces”, relatò Bianciotto.
Fuente: Notas Artika