Noviembre de 2020 es un mes particular en la historia del archipiélago. También se cumplen 500 años de su descubrimiento.
El mapa argentino, con las islas en su plataforma continental. (Foto: Adobe Stock).
Fue un día particular. Los marinos formaron en Puerto Soledad mientras 7 de los 34 cañones de la Fragata Heroína abrían fuego acompasado hasta completar los 21 cañonazos de rigor que saludaban a la bandera argentina aquel 6 de noviembre de 1820. No estaban solos en la abandonada capital de las Islas Malvinas (Puerto Soledad). Algunos hombres de mar de distintas nacionalidades presenciaban la ceremonia convocados por David Jewett, el comandante argentino norteamericano que lucía su grado de Coronel de Marina de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El Capitán explorador británico James Weddell presenció y registró la ceremonia poco tiempo antes que descubriera el mar que hoy lleva su nombre. Jewett entregó al futuro descubridor antes del izamiento una circular escrita en español y en inglés que se transformó en noticia internacional publicada en diarios ingleses y norteamericanos, a pesar de la permanente manifestación de desconocimiento por parte de Inglaterra de ese hecho soberano de nuestro marino. La circular decía:
Fragata del Estado Heroína en Puerto Soledad. Noviembre 2 de 1820
Señor, tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto comisionado por el Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América para tomar posesión de las Islas en nombre del país al que éstas pertenecen por la Ley Natural. Al desempeñar esta misión, deseo proceder con la mayor corrección y cortesía para con todas las naciones amigas, uno de los objetos de mi cometido es evitar la destrucción de las fuentes de recursos necesarios para los buques de paso que, en recalada forzosa, arriban a las islas y hacer de modo que puedan aprovisionarse con los mínimos gastos y molestias, desde que los propósitos de Ud. no están en pugna y en competencia con estas instituciones y en la creencia de que una entrevista personal resultará de provecho para ambos, invito a Ud. a visitarme a bordo de mi barco donde me será grato brindarle acomodo mientras le plazca; he de agradecerle asimismo, que tenga a bien, en lo que esté a su alcance, hacer extensiva la invitación a cualquier otro súbdito británico que se hallare en estas inmediaciones; tengo el honor de suscribirme señor, su más atento y seguro servidor.
Jewett, Coronel de la Marina de las Provincias Unidas de Sudamérica y Comandante de la Fragata Heroína
David Jewett nació en Connecticut en 1784 y fue comandante de mar en los Estados Unidos donde inició la práctica de corsario desde Baltimore, puerto clave de los aventureros del mar durante el siglo XIX. En ese entonces, la compra de patentes de corso era un buen negocio y a partir de 1815, las Provincias Unidas estimaban la conveniencia de contratar más corsarios para el Atlántico ya que en el Pacífico se lucían los dos grandes marinos Brown y Bouchard.
En 1818, llegó a Buenos Aires la fragata mercante francesa Braak y el reconocido armador Patricio Lynch decidió comprarla y transformarla en una fragata corsaria para ponerla al servicio del gobierno a cuyo ministro de marina le escribió
“… me hallo en ánimo de armar en corso en este puerto una fragata de 475 toneladas y de 30 a 34 cañones… y al mismo tiempo se me extienda la Patente de Corso con que ha de navegar dicho buque que será denominado “Tomás Guido” y su comandante Don David Jewett. A VE, rendidamente suplico se sirva acceder a mi petición por ser conforme a la liberalidad con que VE protege a los que aventuran sus fortunas para exterminar a los enemigos de la patria”
El cambio de nombre del buque de “Tomás Guido”, amigo de San Martín y embajador en Chile por el de “Heroína”, se explica por la documentación a la que tuvo acceso el historiador chileno Armando Moreno Martín volcada en su obra “Archivo de José Miguel Carrera” (35 volúmenes – Biblioteca Nacional de Chile). Doña Javiera Carrera Verdugo, hermana mayor de José Miguel, Luis y Juan José, es reconocida en Chile por su importante participación política y social a partir de la creación de la Primera Junta de Gobierno del 18 de septiembre de 1810 y en el período que se conoce como el de la Patria Vieja, hasta octubre de 1814 con la derrota de Rancagua. Javiera, perteneciente a una encumbrada familia chilena, apoyó la lucha por la independencia de su país junto a sus hermanos, bordó la primera bandera, llamada actualmente la “bandera de la Patria Vieja”. Se la llamaba “Madre de la Patria” y también “Heroína”. En la documentación que trabaja Moreno Martín, sale a la luz un romance pasional entre Doña Javiera, la Heroína, y el Coronel de Marina David Jewett, asunto que nos lleva a deducir que el cambio del nombre de la fragata se debió al impulso amoroso de Jewett hacia la belleza trasandina.
Sentía Doña Javiera un gran rencor hacia San Martín, O’Higgins, Luzuriaga, Pueyrredón, Godoy Cruz y los Larraín, responsables de los fusilamientos de sus tres hermanos. A Bernardo O’Higgins, Riquelme lo llamaba “el Huacho Riquelme” por ser hijo ilegítimo del exvirrey del Perú. Después del desastre de Rancagua (1 al 2 de octubre de 1814), gran parte de los patriotas chilenos, entre ellos los Carrera, cruzaron los Andes refugiándose en Mendoza. Luego, los hermanos que conspiraban contra San Martín y O’Higgins fueron trasladados a Buenos Aires. Javiera sobrevivía vendiendo comida chilena y fabricando cigarros de hoja. “No tengo ni para comer, menos en pensar en viajar”, le escribió a su esposo que se quedó en Santiago. En 1819, las autoridades argentinas la detuvieron, la desterraron a Luján, luego a San José de Flores y después la recluyeron en un convento de la capital. Jewett la rescató y se embarcó hacia Montevideo, escribiendo a José Miguel en 1820: “Vuestra amable hermana está al mando de la Heroína de las Provincias Unidas y espera con impaciencia el momento de abrazarlo a Ud.”. No lo podrá abrazar al último de sus hermanos porque un año después, sería fusilado en Mendoza por orden de Bernardo O’Higgins.
La célebre escritora y viajera inglesa María Graham escribió sobre ella mientras residió en Chile: “La hermana de José Miguel aspiraba a hacer de él un Napoleón, arrancándolo a la aturdida y borrascosa vida de joven calavera y dirigiéndolo hacia las metas del poder y de la gloria”.
La influencia de la heroína Javiera no tuvo las connotaciones dramáticas sobre el Coronel de Marina Jewett como las tuvo con sus hermanos y el influjo de su personalidad quedó ligado por algún capricho de Clío, al momento histórico en que la bandera celeste y blanca ondeó por primera vez en las Islas Malvinas hace exactamente 200 años.
A 500 años del descubrimiento de Malvinas
Si bien, como decía Vico, “Il vero” del litigio por las islas se ha manifestado a veces impreciso, por falta de consistencia con el “certo”, quedan ya pocas dudas historiográficas para atribuir el descubrimiento al piloto Esteban Gómez que, desde su nave San Antonio, en 1520 avistó las islas. Gómez era portugués y navegaba al servicio de España con la expedición de Fernando de Magallanes. De mal carácter, el piloto, enemistado con el descubridor del estrecho, decidió desertar de la aventura y regresar a España. En sus declaraciones en Sevilla, no se registran los datos de las islas, pero sin embargo fueron asentadas por el cartógrafo Santa Cruz que las incorpora a su “Islario” en 1523 como “Mapa de Reinel” y en 1529 como “Carta de Diego Rivero”.
La Enciclopedia Británica, en la voz Falkland explica que las islas fueron descubiertas por John Davis, desertor de la expedición de Thomas Cavendish en 1592, 72 años después de haberlo hecho Esteban Gómez.
El Derecho Internacional es una ciencia o disciplina que tiene una doble característica. Por un lado, es de las más modernas, ya que sobrepasan en varias especialidades, como las finanzas, la política, etc., las fronteras nacionales. Pero por otra parte, no deja de ser un derecho arcaico porque prevalece la ley del más fuerte, asunto sobre el que los argentinos damos testimonio. No existe una norma taxativa que otorgue a una nación la soberanía sobre un territorio, sin embargo se pueden alegar algunos factores constitutivos como la ubicación geográfica o el primer descubrimiento o bien la primera ocupación o colonización.
Las Islas Malvinas están ubicadas sobre el mar epicontinental argentino, a 500 kilómetros de la Patagonia; sus primeros colonizadores fueron franceses y admitieron la soberanía española sobre el archipiélago; el descubrimiento lo atestiguamos con los dos mapas registrados en el “Islario de Santa Cruz”.
(*) Claudio Morales Gorleri es teniente coronel y Doctor en Historia. Miembro de Número de los institutos Nacionales Sanmartiniano, Belgraniano y Browniano.