Lucía, hija de Oscar Righi, denunció públicamente a su padre de haber abusado «sexual y psicológicamente» de ella y otras mujeres.
«Mi nombre era Lucía Righi, mi papá Oscar Righi abusó sexualmente y psicológicamente de mí y de otras mujeres y personas desde que tengo memoria», arrancó el extenso post que publicó en Facebook Ume Bôshi, como se hace llamar ahora, la hija de el exguitarrista de Bersuit Vergarabat, Oscar «Osky» Righi, que fue guitarrista de la banda desde 1990 a 2016, para luego formar la banda La Rayada junto a Romina Gaetani, con quien estuvo en pareja durante siete años hasta que terminaron en enero de este año.
«Desde que tengo memoria, le temo a la oscuridad. Desde que un hombre de sombras venía a tocarme y hablarme a la noche. No pude dormir en silencio hasta los 11 años. De chiquita me pasaban cosas raras, tenía pensamientos cínicos y me daba culpa después», continuó la joven en su publicación.
«Luli tenía un padre famoso y fantástico, que la llevaba a los lugares mas caros, y le daba sushi. Este papá venía una vez cada tanto, mientras se iba de gira y se fisuraba la plata en prostitutas, hoteles de cinco estrellas, cocaína y alcohol entre más cosas seguramente. Mientras mi mamá y yo estabamos en la vulnerabilidad, en un mundo donde la gente te juzga y no entiende. Este papá apareció cada vez más, las pesadillas y los juegos ‘sádicos’ aumentaron», agregó.
Bôshi también habló del vínculo con su madre que Righi intentó romper: «Luli la mentirosa de repente, dijo que la abusaban sexualmente en la escuela, y papi la llevo al psicólogo, y automáticamente papi le dijo a Luli que su mama era un demonio, que la maltrataba y que tenia que irme a vivir con él. A papi se le ocurrió en ese preciso momento y de forma impulsiva crear una nueva familia, y trastornarme hasta odiar con 8 años a toda mi familia materna».
Además remarcó el profundo maltrato y abuso pisicológico que Righi ejerció sobre ella, junto con violencia física: «Papi era re bueno de a ratos, me decía que era la única, que siempre iba a ser la mas especial, la que mas quería. También me hablaba de sus cosas personales, privadas e intimas, desde muy corta edad. Pero guarda, a papi no se le contradecía nada, sino empezaban los tirones de pelo y los gritos», prosiguió.
«Papá me dijo que era gorda, que me vestía horrible, que parecia un payaso, que nunca iba a ser una mujer linda de verdad, como MI mama, y como TODAS las mujeres que se me acercaban. Siempre eran mas bellas, mas lindas. Pero yo era especial. Cada vez que hacia canciones, me menospreciaba en privado, y después me sobrevaloraba», indicó.
“Disfrutaba de mi angustia, y se excitaba con eso”, dijo Ume. «Cada vez que quise irme por mi cuenta, la violencia que ejerció sobre mi no tiene palabras», aseguró y dio explicaciones de las aberrantes situaciones de abuso sexual a las que se vio sometida.
“Papi me pedía que me bañe con él, estaba bien, ¿no? Era chica. Papi me pedía que me bañe con él… ya tengo 13, ¿no te parece un poco raro? Papi me tocaba mi cuerpo mientras dormía, ¿Está bien? No, porque no puede ser cierto porque yo era horrible, no era como las demás, sólo era una buena compañera de charlas, de descargas”, señaló. «Papá… sí, el mismo que me obligaba a dormir con él, a sentarme sobre sus miembros, y que me hablaba en calzones con erecciones cuando salia de bañarse. Papi… ¿papá? El mismo que me gritaba hasta sentir que era un pedacito de ceniza», contó en un durísimo relato.
Como resultado de los constantes abusos, Bôshi relató que sufrió ataques de pánico, anorexia, trastorno que la hizo llegar a pesar 35 kilos a los 16 años, además de incurrir en todo tipo de drogas. Debió ser internada en dos oportunidades por deshidratación, y la hizo caer en la «absoluta fobia social», según sus palabras.
«Ya no soy víctima, y nadie me tenga pena. Me equivoqué, y lo veo. Disculpas. Espero poder devolverle a cada persona lo que corresponde con tiempo. Tenganme paciencia, quien pueda y quiera. No tengo más miedo. Esta es mi historia, mucho más extensa, pero es por acá. Espero que todas las mujeres y personas abusadas por Oscar Righi puedan decirlo. Conozco a muchas que lo saben, y que fueron víctimas de él, con las que ya me comuniqué», manifestó. «Este mundo es enfermo, y los enfermos se enferman porque alguien también los enfermó», concluyó.