Fueron cuatro años que «María» hoy quiere borrar en su vida. Es el tiempo durante el cual, siendo una nena, su abuelo abusó de ella en Junín de los Andes. Y hoy su dolor se reavivó, porque la Justicia benefició al ex militar con el arresto domiciliario, en razón de su edad por la pandemia de coronavirus.
“El juez salió a decir que yo tenía 20 años ahora, como si eso significara que porque soy más grande y pasó el tiempo ya lo superé, pero se equivoca, esto no se supera en toda la vida”, aseguró la víctima en declaraciones al diario La Mañana de Neuquén.
En 2016, Eugenio Llull (69) fue condenado a 12 años de cárcel por haber violado a su nieta, cuando la nena tenía entre 7 y 11 años. En los últimos días, el juez Richard Trincheri, uno de los tres integrantes del tribunal que favoreció al preso, defendió la medida: «Es justa y tengo la conciencia tranquila», dijo.
«Le dan domiciliaria por la edad, pero se cagó en la edad que yo tenía cuando me destruyó la vida”, replicó la joven, hija de una ex policía.
En diálogo con el periódico neuquino, contó: “En ese momento yo no me daba cuenta de lo que estaba pasando. Desde los 11 años que dejó de pasar, recién a los 15 comencé a sentirme mal de ánimo. Era buena en la escuela, pero ya no quería ir ni quería saber nada con nada”.
Además, recordó: «Tuvimos una charla con mi mamá donde las dos estábamos llorando. Ella me dijo que ya no sabía qué hacer para ayudarme y no sabía qué más hacer para saber qué me pasaba. Fue ahí que yo, gritando, le dije que mi abuelo había abusado de mí”.
«Hay lugares por los que me cuesta transitar, pero son inevitables, son aquellos donde me llevaba para hacerme esas cosas”, dijo la joven sobre lo ocurrido en la localidad neuquina.
La víctima apuntó que antes de la condena se cruzó algunas veces en la calle con el violador y quedaba paralizada por el miedo. «Se quedaba mirándome sin decirme nada, me miraba fijo. Yo me ponía muy nerviosa y después me largaba a llorar porque temía que me hiciera algo”, aseguró.
«María» reveló que apenas se enteró del beneficio para su abusador, estalló en llanto. «Me dio mucha bronca y me largué a llorar de la angustia, porque yo siento que no pagó por nada de lo que me hizo», acotó.
Asimismo, en un mensaje subido a Facebook, escribió sobre su abuelo: «Se cagó en la edad que yo tuve cuando me destruyó, se cagó en mí, en mi vida, pero ojo, él corre riesgo por su edad y tiene que irse a casita con su familia como si nada».
«Como dijo mi mamá, hay que quedarse en que hicimos todo lo que se pudo, porque a esta Justicia no hay con qué darle, no se cansan de seguir encubriendo, protegiendo y favoreciendo a estos enfermos», completó.
«Junín de los Andes tiene 15 mil habitantes y un solo hospital público con capacidad para 26 personas. El penal tiene capacidad para 10 personas y había 33. ¿Cuánto tardaría en propagarse el virus si se contagia uno de los internos?”, se preguntó el juez Trincheri el viernes, al justificar la medida.
E insistió: La decisión es justa. Nosotros no somos el último tribunal penal de Neuquén, hay uno por encima. Y la resolución ni siquiera fue impugnada por el fiscal, que es el abogado de la víctima. ¿Qué quiere que le diga? Para mí es una resolución justa».
Fuente: Clarin